top of page
Buscar

Dos Años de Presencia

Actualizado: 5 nov


ree

Estos últimos dos años han sido un proceso de transformación; no en búsqueda de la perfección, sino de presencia y entendimiento.


Recuerdo cuando decidí mudarme a la Ciudad de México. Había algunas razones personales detrás de esa decisión, pero la verdadera razón era que quería perseguir mi sueño de tener mi propia marca. No sabía cómo ni cuándo sucedería, solo sabía que si quería darle y darme una oportunidad real, tenía que estar ahí, rodeada de personas que estaban creando, construyendo y persiguiendo algo propio.


Pasó alrededor de un año y medio desde que me mudé antes de poder finalmente lanzar. Durante ese tiempo aprendí mucho sobre la paciencia y el valor del tiempo. Ya había diseñado la colección de lanzamiento mientras vivía en Cabo, en un espacio que había creado junto a mi pareja en ese momento, llamado Casa Musa. Ese lugar era especial. Fue ahí donde empecé a imaginar lo que HOSEU podría llegar a ser.


Pero cuando finalmente llegó el momento de dar vida a esos diseños, me sentí insegura. Tenía muchas dudas, sobre todo porque había diseñado todo casi dos años antes de lanzarlo oficialmente. Eso me dio mucho tiempo para sobrepensar, para cuestionar cada detalle y cuestionarme si lo que había creado aún me representaba. Cuando la colección finalmente estuvo lista, me di cuenta de que ya no conectaba con ella de la misma manera. Y al principio, eso me asustó. Sentí que ya había superado algo que ni siquiera había compartido todavía.


Fue entonces cuando aprendí la importancia de honrar mis versiones pasadas. Entendí que cada etapa; cada diseño, cada idea, representa quién era en ese momento.


El primer año después del lanzamiento fue una montaña rusa. Algunos días me sentía segura y orgullosa de lo que estaba creando, y otros días dudaba de todo; desde mis diseños hasta mis decisiones. Hubo momentos en los que sentía que no avanzaba lo suficientemente rápido, o que todos los demás ya lo tenían todo resuelto, menos yo. Pero seguí siendo constante. Seguí aprendiendo.


Cuando comenzó el segundo año, algo empezó a cambiar. Me sentí más centrada, más segura de mi y de mi visión. Empecé a experimentar más, a diseñar desde la intuición y a encontrar mejores maneras de crecer; no solo creativamente, sino también como negocio. Dejé de tener miedo de enviar ese correo, de pedir esa oportunidad o de tocar esa puerta. Aprendí que el crecimiento no viene de esperar el momento perfecto, sino de dar pequeños pasos constantes, incluso cuando hay incertidumbre.


Aún no estoy donde quiero estar, y sé que el camino por delante es largo. Pero hoy me siento genuinamente feliz con la dirección que está tomando HOSEU. Finalmente puedo ver cómo todos esos momentos de duda, las retrasos y los retos me estaban preparando para esto. Me siento agradecida por cada decisión que me ha traído hasta aquí —incluso por aquellas que no parecían tener sentido en su momento. Y, sobre todo, con las personas que han creído en mí, que me han apoyado y me han ayudado a seguir adelante cuando las cosas se pusieron difíciles.


Al mirar hacia atrás, me doy cuenta de que cada etapa de este camino, desde la idea de HOSEU en Cabo hasta construirlo en la Ciudad de México, me ha formado de maneras que nunca imaginé. Me ha enseñado resiliencia, confianza y la belleza de crecer a mi propio ritmo.


Siento que gran parte de HOSEU va de la mano con mi propia evolución. A lo largo de este camino he entendido el impacto de cada pequeño detalle que nos rodea; cómo todo está conectado, cómo cada decision tiene intención. Para mi, HOSEU es una expresión clara de esa conexión. Dentro de cada diseño existe una parte de mí; y a través de eso, una parte de todas las personas que han caminado junto a este proyecto. Cada quien que ha colaborado, comprado, usado o simplemente seguido a HOSEU es parte de su historia. Cada uno ha contribuido a lo que es hoy.


Estoy profundamente agradecida por el camino que ha tomado, por su ritmo orgánico y por las lecciones en el trayecto. Han habido momentos de claridad y de incertidumbre, pequeñas redirecciones y errores inevitables. Pero todos han sido necesarios. Cada paso ha moldeado la identidad de la marca y me ha enseñado a dejar que las cosas se desarrollen a su propio tiempo.


He aprendido que las personas correctas te encuentran. Las personas correctas entienden tu trabajo. Solo hay que confiar en el proceso, confiar en la visión.


Las cosas toman tiempo —y eso es algo que ahora valoro profundamente. El crecimiento no siempre se ve como expansión. A veces es un silencioso profundizar, un refinamiento, una pausa. Mientras siga trabajando cada día, creando con intención y moviéndome hacia lo que se siente alineado, sé que estoy en el camino correcto.


Trato de no perder de vista mis metas, pero sobre todo, me recuerdo no perder de vista mi razón —el “por qué” que lo inició todo. Cuando las cosas se desaceleran, vuelvo a esa razón. Me recuerda que el propósito no se encuentra en la velocidad, sino en la dirección.


Ahora que HOSEU cumple dos años, siento mucha gratitud; por lo que se ha creado, por quienes han creído, y por todo lo que aún está por venir.


Cada compra, cada palabra de apoyo y cada persona que elige ser parte de HOSEU ayuda a que esta visión siga creciendo. Espero que cuando usen nuestras piezas, se sientan conectados con la historia y el universo que hemos construido —uno basado en la presencia, la intención y la evolución.


xx,

Alexia

 
 
 

Comentarios


Thanks for subscribing!

Inicio

Colecciones
FAQ

Términos y Condiciones

Política de privacidad
Política de envíos
Política de reembolso
Política de cookies

Spotify

Instagram

+52 (624) 239-3059
bottom of page